Federico Bauer Rodríguez
Gracias a la generación de utilidades el sistema es autosostenible.
La principal razón de la pobreza de nuestros pueblos es la poca comprensión que tienen nuestros líderes del papel que el capital privado juega en la generación de riqueza en una sociedad. El capital privado, y el sistema económico en el que se desarrolla –capitalismo– continuamente son amenazados por políticos, periodistas, religiosos, intelectuales, estudiantes, y población en general.The Economist del 9/4 nos informa que en una encuesta reciente, la aprobación del capitalismo era de 69 por ciento en Alemania, 68 por ciento en China y Brasil, 59 por ciento en los EE.UU. y 30 por ciento en Francia. No es de extrañar que en esos países donde el capitalismo es mejor aceptado han tenido un desempeño relativamente bueno durante la crisis.
Hace 20 años, 2 años después de la caída del Muro, en la encíclica Centesimus Annus,SS Juan Pablo II nos definió el capitalismo así: “Si por “capitalismo” se entiende un sistema económico que reconoce el papel fundamental y positivo de la empresa, del mercado, de la propiedad privada y de la consiguiente responsabilidad para con los medios de producción, de la libre creatividad humana en el sector de la economía, esta respuesta ciertamente es positiva”.Totalmente de acuerdo con la cita de la encíclica, ya que la función primaria del capital (factor de producción de bienes de consumo y bienes intermedios) es incrementar eficientemente la producción de bienes de consumo (productividad), tanto en calidad como en cantidad, lo que ha permitido que la gran mayoría de los habitantes de los países industrializados (capitalizados) tengan vivienda con calefacción, telecomunicaciones, infraestructura, transporte, salud, educación y otras ventajas materiales de la vida moderna.
El capital tiene dos funciones secundarias –consecuencia de la anterior– que son importantes y que permiten el desarrollo socioeconómico de las naciones: 1) incrementa el producto marginal del trabajo; y 2) genera un rendimiento financiero que le permite autogenerarse.Gracias al incremento en el producto marginal del trabajo es que los trabajadores pueden ganar más sin que los precios de los artículos de consumo se incrementen, con lo que el poder de compra efectivo mejora, y el sector asalariado efectivamente obtiene una mejor calidad de vida. En las naciones industrializadas el sector asalariado goza de casi todas las comodidades que los estratos más altos gozan, como casa y auto propios. Un trabajador alemán gasta en un fin de semana el equivalente a un salario mensual de un trabajador centroamericano y la explicación está en el nivel de capitalización de esas naciones.
Gracias a la generación de utilidades es que el sistema es autosostenible, ya que son estas utilidades las que generan el incremento del capital disponible, que a su vez genera plazas laborales, salarios y capacidad de consumo.
Artículo publicado en el diario guatemalteco "El Periódico", el día jueves 16 de mayo 2011.
jueves, 26 de mayo de 2011
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