martes, 12 de abril de 2011
“Kalidá educatiba”
PEDRO TRUJILLO
Los bochincheros profesionales del denominado sindicato magisterial han aparecido antes que los zompopos. Con su “líder” al frente —más gordito en las fotos, señal de que está muy alejado de aquellas zonas donde a diario mueren de hambre niños— comenzaron sus acciones de protesta-jodienda dentro de su Plan Nacional de Jodedera 2011, ocupando las calles de la ciudad y perjudicando al resto de ciudadanos que se vieron paralizados en sus vehículos por la gracia de semejantes energúmenos.
El fin último es presionar para sacar dinero, ¡no crean absolutamente ninguna otra cosa! Aprovechan la debilidad manifiesta del momento político del Gobierno y le pasan la factura de su silencio cómplice. En la otra parte de la balanza, un ministerio incapaz e ineficiente. Recordemos que una ministra se fue por no estar de acuerdo con las políticas de la candidata —otrora esposa, ahora ex—, y al siguiente lo cesaron por no cumplir con su deber, aunque le agradecieron los servicios prestados ocupándolo nuevamente en el “servicio público”. No vimos a los maestros —mejor dicho a las huestes jovelianas— protestar cuando aliviaron reiteradamente el presupuesto de Educación desviando fondos para Cohesión Social y le restaron recursos al “proyecto educativo” que nunca tuvieron. Tampoco vemos en sus demandas un incremento en la capacitación profesional para poder incrementar la calidad de la enseñanza ¡ná que ver! Esos folclóricos únicamente persiguen llenar de dinero sus bolsillos que naturalmente se repartirán con mayor proporción para los dirigentes y sus amigos, vividores perpetuos del cargo que ocupan.
Como reacción ante semejante irresponsabilidad el ministro dice que abrirá expedientes, algo que ya se le hizo al sindicalista y que se pasó por la entrepierna porque sus antecesores en el Ministerio lo “perdonaron”, razón por la cual no está despedido como correspondería haber hecho con alguien sentenciado y le permiten seguir vulnerando derechos de los demás con absoluta impunidad. Seguro que terminará negociando con su jefa de siempre sin llevarle la contraria. Como sindicato deberían tener la gallardía —si nobles fueran sus intereses— de enfrentar a quien les extrajo del presupuesto millones durante estos últimos años. Les importa un bledo la educación, un carajo su profesión, un nimiedad la ciudadanía y una mierda el país. Van a lo suyo. Ni siquiera defienden los intereses del colectivo que representan y resurgen de sus cenizas como el ave fénix sin que nadie tenga el valor de consumirlos mediante una ley que simplemente derogue tal grupo de poder que pretende arrodillar al país. ¡Por supuesto que estos tibios no lo harán!
La calidad educativa será nefasta mientras desastrosos sean quienes dirigen el modelo que se pretende imponer y mediocres los profesores. Esa es la razón del fracaso de la enseñanza pública, en la que no creen ni los políticos ni los propios maestros, quienes envían a sus hijos a colegios privados. No es dinero ni instalaciones ni medios lo que hace falta, cosas importantes que pasan a segundo lugar ante la intransigencia de estos individuos monopolizadores del sistema y asesinos del futuro de muchos niños, al ser incapaces de entender el significado de responsabilidad, deber, trabajo, profesión o ciudadanía. El presidente declaró: hay que equilibrar el derecho a la manifestación y el de libre locomoción, lo que quiere decir que como de costumbre no sabe qué hacer para que se cumplan los derechos de los ciudadanos. Mis respetos a los maestros serios y responsables, a ver si son capaces de sacar a esa dirigencia inútil y mercantilista.
Artículo publicado en el diario guatemalteco "Prensa Libre", el día martes 12 de abril 2011.
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