Federico Bauer Rodríguez
Lo honesto sería quitarle el monopolio al IGSS.
Son pocas las instituciones estatales en Guatemala que publican información relacionada con su desempeño, y el Banco de Guatemala (Banguat) es una de ellas. Esta institución que goza de cierto prestigio, ya que exceptuando 1990 cuando Vinicio Cerezo con la complicidad del presidente del Banguat, Óscar Pineda, nos recetaron una inflación superior al 50 por ciento, ha tenido un relativo buen desempeño.
Pero si analizamos el balance que el Banguat publica cada mes, podemos observar lo siguiente:
Primero: oro monetario por Q2.5 millardos que equivalen a menos del 5 por ciento de las RIN, que están integradas principalmente por instrumentos en dólares de EE.UU., la cual es una moneda que se ha venido depreciando y perdiendo su rol protagónico en el mercado global.
Segundo: lo más importante de dicho balance es la cuenta de “Restauraciones de patrimonio por cobrar al Estado”, por una cantidad de Q17.7 millardos, y “Bonos del tesoro de la República de Guatemala recibidos para cubrir deficiencias netas”, por la cantidad de Q3.1 millardos.
Estos casi Q21 millardos son el costo de las políticas keynesianas iniciadas hace 30 años, y el Banguat, en un acto inconstitucional –ver Artículo 133 de nuestra Carta Magna–, nada técnico, y muy deshonesto, ha dejado esas pérdidas como parte del activo desvirtuando cualquier análisis financiero que se quiera hacer del mismo.
La salida honesta sería que el Estado capitalice al Banguat absorbiendo los Q17.7 millardos de títulos del Banco Central, que tiene emitidos el Banguat, y pagando la diferencia con sus depósitos.
El Banguat, ya con su balance limpio, debiera salirse del mercado de divisas y reducir su burocracia al mínimo, con el fin de volver a tener las utilidades del señoreaje, como era antes de la década de los ochenta.
La otra institución estatal que está gastando bastante en limpiar su imagen es el IGSS, publicando en los medios unos suplementos al estilo de los infomercials. Recordemos que el IGSS no solo está desprestigiado por la calidad de su servicio, sino que ha sido tradicionalmente un centro de enriquecimiento ilícito, imagen que las autoridades actuales quieren revertir. Algunos de sus ex directores incluso han estado en prisión, ya que durante el período 1947-2003 las reservas solo crecieron hasta los Q6.8 millardos, y actualmente están en Q16 millardos.
En el pasado los trabajadores, aunque se quejan de la calidad del servicio y de la ineficiencia del IVS, no han hecho un cuestionamiento fuerte, ya que el IGSS es una de las “conquistas sociales de la Revolución del 44”.
Lo que llama la atención en las publicaciones mencionadas es que el IGSS, a través de su programa IVS, les ofrece a sus cotizantes beneficios económicos superiores a los ofrecidos por Bernie Madoff a sus incautos inversionistas. En el número 46 está el ejemplo de cómo con una contribución de Q16,862, el cotizante y sus beneficiarios reciben Q242,897 en beneficios, desafiando todo lo que usted sabe de matemáticas financieras.
Eso sí, en el número 55 nos traen la explicación sobre la triste realidad, ya que en 2014 el programa se vuelve deficitario, y en 2021 se agotan las reservas técnicas (quiebra).
Bueno, gracias por la información sobre las ventajas de invertir (cotizar) en un programa de reparto que está al borde de la quiebra, como lo está en varios países europeos. Lo honesto sería quitarle el monopolio al IGSS, como lo manda la Constitución en su Artículo 130, y ponerlo a competir contra proveedores privados de los mismos servicios.
Artículo publicado en el diario guatemalteco "El Periodcico", el día jueves 03 de febrero 211.
jueves, 3 de febrero de 2011
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