jueves, 15 de marzo de 2012

El socialismo nos impide progresar


Ramón Parellada

Guatemala es un país con muchos recursos naturales y gente muy capaz, pero que no termina de despegar. No hemos superado aún el nivel de ingresos per cápita en términos reales que llegamos a tener en 1982. ¿Por qué seguimos siendo tan pobres como antes? Por el socialismo.

La ideología socialista busca atacar el capital y las ganancias. Quienes así piensan prefieren que el gobierno resuelva todo y si no, que lo intervenga o lo regule. No creen en el ser humano. Que se genere una economía del bienestar como en Europa, la que ahora mismo vemos que es la causa principal de su quiebra. Veamos unos pocos ejemplos:

El paquete fiscal recién aprobado es fruto de la ideología socialista. El continuar con el Impuesto Sobre la Renta (ISR) y crear un impuesto a los dividendos es muestra de ello. Quienes lo promovieron consideraron que era el impuesto a quienes más ganan y por eso era un impuesto justo que causaría una mayor equidad entre los guatemaltecos. Lo contrario es lo cierto, es un impuesto que afecta al rendimiento del capital. El doctor Manuel Ayau fue un gran promotor de la eliminación el ISR y su argumento se basaba en que el capital se invierte donde más rendimiento promete, por lo que continuar con el mismo va en perjuicio de la productividad de los trabajadores y afecta, por lo tanto, sus salarios reales y la creación de empleos. Vemos entonces un mal entendimiento de lo que es el capital y su función social.

La hostilidad contra las ganancias y el capital se demuestra no sólo en la continuidad del ISR sino en muchos otros ámbitos de la vida diaria. Lo vemos en los ataques a las mineras, no las artesanales sino las industriales, sobre todo si se trata de extracción de metales de gran valor como el oro. También lo hemos visto en las hidroeléctricas, no las pequeñas sino las grandes al igual que la cementera que ha querido invertir en San Juan Sacatepéquez. Lo vimos con el ataque a cualquier idea o proyecto que pueda ser grande y con capitales extranjeros.

El factor común de los socialistas es el ataque a empresas con grandes inversiones y capitales, parte de ellos extranjeros. Es preferible que los pobres sigan siendo pobres a tener una oportunidad de mejorar sus niveles de vida con tal de alejar estos grandes capitales. ¿Ignorancia? Quiero creer que sí, pero no. Hay algo más de fondo. Donativos promovidos por gobiernos como el de Suecia y el de Noruega se destinan a Organizaciones No Gubernamentales que alimentan esta antipatía por las mineras, hidroeléctricas y cementera. Da pena que se cometan actos delictivos con esos fondos como los bloqueos a camiones y maquinaria de estas empresas, secuestro temporal de trabajadores, turistas que al confundirlo con mineros son retenidos y casi linchados, asesinatos (caso San Juan Sacatepéquez) y muchos otros más.

En algunos sitios se promueve que el Gobierno nacionalice las empresas estatales. En vez de ver con ojos de admiración el crecimiento de las mismas se ven con resentimiento y envidia. Se justifica incluso que alcaldes como el de Xela dejen de pagar sus recibos de energía eléctrica y encima de todo salga como héroe y no como villano en su ilegal acción. Y que en juicio se obligue a la empresa que suministra ese servicio a seguir haciéndolo aun sin cobrar. Me pregunto si esto no es similar a que un trabajador esté obligado a trabajar aún sin que se le pague a tiempo su salario.

Hay mucho más que en el día a día nos perturba debido a esta mentalidad anti-capitalista que implica más controles y regulaciones impidiendo la prosperidad de Guatemala y la mejora del nivel de vida de sus habitantes.

Artículo publicado en el diario guatemalteco Siglo 21, el día jueves 16 de marzo 2012.

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