Para atacar los delitos del narcotráfico hay que eliminar la prohibición de la producción, transporte y consumo de drogas.
Ramón Parellada
El Congreso aprobó esta semana la Ley de Extinción de Dominio (LED). La versión final lleva una infinidad de modificaciones con relación a la original, pero sigue siendo una ley mala e innecesaria.
La presión del Embajador de Estados Unidos de América fue evidente. Curiosamente en esa gran nación existe una ley similar que considero inconstitucional y que algún día será revocada. Creo que la LED es inconstitucional en Guatemala y esperaría algún recurso de inconstitucionalidad.
Se cree que la ley servirá para resolver el problema de falta de justicia que existe en este país al quitarles de tajo los bienes a aquellos criminales y narcotraficantes que supuestamente han hecho su fortuna ilícitamente. Uno de sus promotores a nivel internacional ha sido el ex presidente Álvaro Uribe, quien también, al igual que los funcionarios americanos, la ven como una herramienta efectiva contra los cárteles de la droga.
Esta es una mala ley. Aunque se modificó, otorga funciones a otras entidades y personas que tiene y corresponden al Organismo Judicial. Como me comentó el juez Ricardo Rojas en una ocasión (en relación a una de las tantas versiones de la ley aprobada): “El problema básico de la ley es que crea una acción judicial a través de la cual los fiscales pueden quitar el dominio de sus bienes en aquellos casos en que presuman que están involucrados en algún delito que la propia ley enumera. Pero para que proceda la acción no hace falta que se pruebe que el delito se cometió, incluso puede haber una sentencia absolutoria al respecto, y la acción procede igual”.
Otro asunto preocupante es cómo se administrará y distribuirá lo incautado por esta ley. De ello se encargará la Secretaría Nacional de Administración de Bienes de Extinción de Dominio (SNABED). Me imagino la incontrolable corrupción que surgirá de este ente. Y si lo dudan, la revista The Economist publicó un comentario el 11 de noviembre pasado sobre el terrible caso de corrupción del Directorio Nacional de Narcóticos (DNE), que es la agencia colombiana encargada de administrar y liquidar los bienes incautados por la LED de ese país.
El tema es que esta entidad ha sido corrupta desde su inicio y por más que han cambiado a sus administradores, no saben cómo administrarla honradamente.
Me sigue preocupando el abuso que se pueda hacer con esta ley para aprovecharse políticamente o simplemente por intereses particulares, contra personas que nada tienen que ver con el crimen organizado ni con el narcotráfico.
Es decir, temo que se darán extorsiones oficiales amparadas bajo la LED. Me imagino a agentes sembrándole droga a sus víctimas o acusándolos injustamente de narcotráfico, con lo cual, mientras se aclara el asunto, el ciudadano inocente será sometido, por un buen tiempo, a toda clase de infortunios para recuperar y aclarar el origen de su propiedad.
Así las cosas, creo que la ley es innecesaria. Para atacar los delitos del narcotráfico hay que eliminar la prohibición de la producción, transporte y consumo de drogas. Lo que seguirá siendo un delito es el daño a terceros como secuestros, extorsiones, asesinatos pero no la producción ni el consumo. Todo lo demás son intentos que fracasarán en el largo plazo. Podrán ganarse algunas batallas, pero jamás la guerra. Mientras más se insista en atacar la producción y el consumo, más fuertes se volverán los narcotraficantes y más corrupción ocurrirá alrededor del tema.
Artículo publicado en el diario guatemalteco "Siglo XXI", el día jueves 09 de diciembre 2010.
jueves, 9 de diciembre de 2010
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