martes, 12 de octubre de 2010

Guatemala no es Colombia


No cabe duda de que Colombia ha experimentado grandes avances en seguridad ciudadana y desarrollo económico y social. Sin embargo, para todos aquellos que vemos a ese país con admiración y sana envidia, debemos tener cuidado en creer que podemos hacer un “copiado y pegado” del “modelo colombiano”. Guatemala no es Colombia; y no hay atajos en el desarrollo de las naciones.

JOSÉ RAÚL GONZÁLEZ MERLO

Recientemente, importantes líderes colombianos han sido invitados a Guatemala para responder a la gran pregunta: ¿Cómo lo hicieron? ¿Cómo lograron mejorar sus índices de seguridad ciudadana y desarrollo económico y social? Estamos tan desesperados por encontrar una salida a nuestros graves problemas que recurrimos a las “buenas experiencias internacionales” para aplicarlas a nuestra realidad. Si antes el sector privado guatemalteco veía a El Salvador de Arena como el modelo a seguir, ahora se ve a la Colombia de Uribe como el nuevo paradigma.

Yo creo que es sano conocer otras experiencias. Sin embargo, creo que, en nuestra ansiedad por “hacer algo”, tendemos a cometer el error de creer que como “funcionó en Colombia” lo podemos replicar en Guatemala, esperando tener resultados similares. Grave error. Colombia es Colombia y Guatemala es Guatemala. No estamos hablando de química, que cuando se unen dos moléculas de hidrógeno con una de oxígeno siempre se produce agua; no importa si el experimento se hace aquí o allá. En política económica y social está garantizado que los resultados no necesariamente serán similares.

Por ejemplo, como en Colombia se prohibió la circulación de dos personas en moto, en Guatemala se hizo lo mismo. Resultado: acá los asaltos siguieron tan campantes como siempre. Ahora se dice que la ley de extinción de dominio debe aprobarse en Guatemala porque el ex presidente Uribe dijo que le funcionó muy bien para combatir a los narcos. No digamos el tema de crear un impuesto especial a los “grandes patrimonios” para financiar la seguridad ciudadana; como también resaltó el ex presidente Uribe que le funcionó muy bien. ¿Quieren seguridad? Aprueben esas leyes. Nada que ver.

Guatemala no es Colombia. La realidad, dicha por los líderes colombianos que nos visitaron la semana pasada, es que ni la tal extinción de dominio ni los impuestos por sí solos cambiaron la realidad colombiana. El cambio se dio porque las instituciones democráticas colombianas coincidieron con un liderazgo político extraordinario que pudo unir, en una visión común, a una sociedad que había perdido sus valores.

¿Queremos ser como Colombia? Cambiemos el mediocre “cut & paste” por la construcción de instituciones democráticas que funcionen y desarrollemos un liderazgo en el sector privado y en el sector político que compartan una visión común. Entendamos: los atajos no sirven.


Artículo publicado en el diario guatemalteco "Prensa LIbre", el día martes 12 de octubre 2010.

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