Honraremos con boato, grandilocuencia y la correspondiente publicidad gubernamental, “un año más de independencia”. Lo que realmente termina importando es el purrum del día, la paga sin trabajarlo porque es feriado, y lucir banderitas color azul cielo y blanco acá y allá, que demuestren el “patriotismo” que nos invade. Puro folclore que esconde una realidad muy diferente opacada interesada y conscientemente.
PEDRO TRUJILLO
Mujeres casadas que dependen de hombres machistas que no las dejan sacar la nariz al sol o les reducen el “donativo mensual” con el que deben hacer frente a los gastos de la casa. Hijos que dependen de sus padres porque eso de vivir solos en un país con tanta inseguridad no es bueno, y el hogar los acoge hasta que se casan o se cansan. Políticos que dependen de financistas a menudo interesados, poco pulcros y hasta criminales que requieren, a su vez, un ambiente laxo en material de seguridad. Enfermos dependientes de asignaciones presupuestarias a un sistema de salud inexistente, y pequeños e ilusos escolares pendientes de que les construyan escuelas que dicen que existen y nadie sabe dónde están edificadas.
Diputados que dependen del humor de alguna dama para seguir en su puesto y altos cargos, que dependen del dedo de algún otro más alto cargo para continuar en su siempre servil puesto. Fiscales, magistrados y contralor que dependen de que Cicig les dé el visto bueno y los grupitos de la sociedad civil los acepten. Pobres saltimbanquis dependientes de la limosna de los conductores que se detienen en los semáforos y tienen la suerte de no ser asaltados o baleados en los mismos por otros, que dependen de la droga o de lo que recauden a punta de pistola. Ciudadanos honrados que dependen de la suerte de cada día para regresar indemnes a sus casas después del trabajo.
Alumnos de la universidad estatal que dependen de que unos pocos encapuchados delincuentes les dejen libre el paso para continuar con sus estudios y tener un mejor mañana que les permita ser realmente independientes; administrativos que también dependen de la “buena voluntad” de esos bárbaros que bloquean al paso y el correspondiente pago salarial.
Comunidades enteras que se han hecho dependientes de la asignación dadivosa de Cohesión Social o de laminitas que diputados distritales u otras “altas autoridades” de gobierno les entregan mientras el agua les llega hasta la médula o termina matándolos. Agricultores que dependen del fertilizante regalado que los mismos de siempre distribuyen y cobran a precio de oro. Detentores de poder o cercanos al mismo, que dependen de que la información de sus bajos vicios que otros tienen, no salga a la luz pública y los inhabilita paran hablar, porque les han agarrado por donde más duele.
¿Y todavía celebramos la “independencia” cuando cada vez dependemos de más cosas y perdemos más libertad? ¿No será que nos tenemos que independizar de verdad? ¡Adelante pues!, es momento para reflexionar y avanzar en esa positiva dirección.
Artículo publicado en el diario gautemalteco "Siglo XXI", el día miercoles 14 de septiembre 2010.
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